viernes, 23 de abril de 2010

como ensenar la biblia a tus hijos

por Karin Klein

De todos los tesoros de valor, no hay ninguno como la vida preciosa de un niño. Como padres, todos nosotros compartimos las mismas esperanzas y sueños para nuestros hijos. Aún antes del nacimiento de un niño, imágenes de salud y felicidad llenan nuestras mentes. Tenemos gran expectativa por el éxito de nuestros hijos al llegar a la madurez. Los padres quieren que sus hijos tengan éxito en la escuela, gocen de agudeza intelectual y crezcan fuertes y sanos. También se imaginan que sus hijos tengan muchos amigos y disfruten de tiempos felices con los demás.



Sin embargo, algunas familias valoran algo más que supera el desarrollo intelectual, físico, social y emocional. Muchos padres hacen este elemento esencial de crecimiento de máxima prioridad al saber que el destino de su hijo depende de ello. Esta área de crecimiento es espiritual, que tiene que ver cómo un niño se relaciona con Dios. En el Salmo 78 leemos de la importancia de transmitir la fe a nuestros hijos: “Hablaremos a la generación venidera del poder del SEÑOR,?de sus proezas, y de las maravillas que ha realizado. . . Así ellos pondrían su confianza en Dios.” Aunque muchos de nosotros deseamos que nuestros hijos crezcan espiritualmente al conocer y amar a Dios, muchas veces no estamos seguros cómo hacerlo suceder. Y el crecimiento espiritual no ocurre por casualidad, debe estar cultivado a propósito. Nuestros esfuerzos por transmitir nuestra fe pueden ser efectivos y duran toda la vida pero el trabajo requiere de paciencia y esfuerzo. Los siguientes son consejos para ayudar a sus hijos a crecer espiritualmente y desarrollar un amor profundo y duradero para el Señor.

Los niños son un regalo de Dios

Estamos conscientes de el gran tesoro que son los hijos y del potencial que representan. Tenemos una oportunidad que no tiene precio al cultivar el ser interno de nuestros hijos. El hogar es la influencia más poderosa para desarrollar el crecimiento positivo emocional y espiritual. Cuide sus tesoros que no tienen precio, sabiendo que en su inversión de tiempo y energía cosechará beneficios tremendos.

Primero, mírese a usted mismo

Mucho de lo que un niño aprende es asimilado más que aprendido. El reflejo de su fe en Dios es una imagen duradera que formará el concepto de Dios en su hijo. ¿Está su fe fundamentada sobre una lista de reglas y obligaciones? ¿Le falta a su vida espiritual la vitalidad y autenticidad? Lo que su hijo debe ver en usted es una dependencia profunda sobre Dios y sus expresiones consistentes del amor de Dios en sus relaciones con los demás y sus elecciones cotidianas.

La actitud es más importante que los hechos

Las historias bíblicas no son suficientes. Recordar un conocimiento objetivo de la Biblia no es un vaticinador correcto de la sensibilidad espiritual y de crecimiento. Las creencias profundas de los niños mayores reflejan actitudes y sentimientos establecidos durante los años preescolares. En realidad, las relaciones familiares de confianza y del sentido de pertenencia son el fundamento de la habilidad de un niño al depositar su completa confianza en Dios.

Use lenguaje sencillo

El mundo del niño es el aquí y el ahora, de lo que vea y conozca. La forma en la que comprende las cosas es literal y concreta. Las palabras y frases de la Biblia que son símbolos o metáforas tienen poco sentido para los niños. Por ejemplo, “en mi corazón he guardado tus dichos” puede tener sentido e importancia para los adultos pero no para los niños. Use palabras y frases sencillas y concretas cuando hable y cante de Dios para ayudar a los niños en su viaje espiritual.

Conecte las palabras de la Biblia a las experiencia y acciones del niño

Reconozca y aproveche las oportunidades naturales para señalarle a su hijo de Dios. Las experiencias cotidianas traen oportunidades numerosas para transmitir la fe a un niño. Responder a las preguntas o ideas de un niño puede guiar la conversación hacia Dios. Palabras como “Me alegro que Dios trajo a Papi sin incidentes a casa” o “Pidamos a Dios para que nos ayude a encontrar la calle que buscamos” representan momentos cuando podemos enseñar y que puede tener una importancia espiritual para un niño. Conectar sus palabras a las acciones de un niño maximiza su impacto. “Veo que fuiste amable por permitir que Krista fuera la primera en el tobogán.” Llamar la atención a comportamientos que complacen a Dios ayuda al niño a verse como una persona amable y cariñosa. Padres que establecen rutinas de oraciones antes de comer y dormir captan otra oportunidad espiritual.

Haga que la Biblia sea parte de su vida familiar

La Biblia debe ser el centro de su hogar. Debe estar reconocida como la fuente de verdad. ¿Cuántas veces su hijo le ve leer la Palabra de Dios? ¿Promueve leer y ver los programas cristianos en su hogar? La Biblia en el idioma contemporáneo y material relacionado con la Biblia puede cultivar el crecimiento y desarrollo espiritual de un niño. Pruebe una noche en familia una vez por semana en su casa. Un juego de Biblia y leer juntos historias bíblicas son modos de enfocar sobre lo espiritual mientras se divierte en familia.

Necesitan de la iglesia como apoyo

Las relaciones son la clave del crecimiento espiritual. Usted y su hijo deben estar conectados con los demás adentro de la familia de su iglesia que pueden proveer el apoyo y aliento necesario para cultivar el crecimiento espiritual. La escuela dominical puede ser un medio poderoso de llevar a su hijo con compañeros de su misma edad para estudiar y aprender acerca de Dios a su nivel. ¡No deje de asistir a su iglesia! En un mundo ajetreado y agitado, su familia no puede vivir sin esta vital institución. Haga que la asistencia a la iglesia sea una rutina para usted y sus hijos.

Los años preescolares pasarán rápido. Quiere que su pequeño tesoro crezca a una mujer de virtud o un hombre de carácter. ¿Por qué no captar los momentos cuando sus corazoncitos están abiertos a Dios y su Hijo, Jesús? Haga todo lo posible para hacer que los años preescolares cuenten por toda la eternidad.

Como reflección: Lea Deuteronomio 6:5-9 en algunas traducciones modernas y parafraseadas de la Biblia.

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