miércoles, 21 de abril de 2010

CONTRACULTURA CRISTIANA PARA MI HIJA

Contracultura Cristiana
Definiciones que vienen al caso...
 CULTURA:  “Las culturas son sistemas de símbolos compartidos que proporcionan sentido a nuestra vida, una orientación, una forma de ver el mundo y de interpretar la realidad.” Cultura es, en este sentido, el conjunto de manifestaciones de una sociedad o un grupo humano que la distinguen y la hacen ser lo que ella es. Es decir, su arte, su manera de hablar, sus convenciones sociales, sus pautas morales, sus costumbres, etc... lo que para una sociedad puede ser culturalmente aceptable, para otra puede resultar totalmente escandaloso. Ej. Todos se darían vuelta a mirar a una señorita haciendo topless en una playa de la costa atlántica argentina... La mayoría la censuraría... Pero es cierto, también, que una mujer con el torso cubierto en medio de una tribu africana también podría ser observada de la misma manera...
 SUBCULTURA:  Dentro de cada cultura existen diferencias que vienen dadas por la edad, el nivel socioeconómico, la clase social, la religión, el origen étnico, etc. Esto es una subcultura: la cultura dentro de la cultura...
Ejemplos: el lenguaje, la vestimenta, los hábitos horarios, los lugares de reunión, la música, no son los mismos para un grupo cultural de 20 años, que para uno de 40. Y esto es absolutamente obvio y notable.
 CONTRACULTURA:  La contracultura se entiende como un movimiento de rebelión contra la cultura hegemónica. Ejemplos de esto son las llamadas “tribus urbanas” que son grupos de adolescentes/jóvenes como los punks, skins, etc., que no se sienten representados por la sociedad a la que pertenecen, y se apartan de ella, o mejor dicho, van contra ella.
 
LAS VERDADES Y LA VERDAD:
 Antes de continuar con el tema, conviene hacer unas puntualizaciones que nos serán muy útiles.
Vivimos en una época que los estudiosos dieron en llamar “postmodernidad”, es decir, lo que está después de la modernidad. Ahora bien, hay algunas características distintivas de este tiempo que me gustaría  resaltar porque hacen al tema que nos ocupa: el relativismo y el pluralismo.
Se llama relativismo a la convicción de que la calificación moral de una acción como buena o mala depende de cada cultura, de cada grupo, o bien de cada persona.
Pluralismo, por otra parte, significa que todas las culturas merecen igual respeto, todas las ideas, las ideologías, las religiones, las posturas filosóficas, las convicciones morales, las modas, etc., etc. Todas deben y pueden convivir juntas, con igual rango de autenticidad.
Esto implica que no se reconoce la existencia de una verdad, absoluta, definitiva, única, superior, objetiva... Todas “las verdades” son válidas juntamente, si le sirven a alguien. Es decir: yo creo esto, y vos podés creer aquello, y si a vos te hace bien, entonces está bien. Mi verdad y tu verdad son igualmente aceptables...
Evidentemente, esto lleva al caos total, aunque pareciera que ser “moderno”, “civilizado”, “educado”, “inteligente”, inclinara a pensar de esta manera: si todas “las verdades” son igualmente válidas...¿Quién tiene razón? ¿Todos podemos tener razón? ¿Por cuál ley nos regiríamos? ¿Con qué parámetros aceptaríamos algunas cosas y desecharíamos otras?
Como vemos, el panorama así planteado es por demás peligroso.
El mundo, con discursos de superación y respeto aparente, proclama el pluralismo como una virtud... Y la Iglesia del Señor, muchas veces, se acomoda a este sentir, y acepta cualquier cosa a fin de no ser tildada de antigua y retrógrada.
La Biblia dice, sin rodeos, que sólo hay una verdad, que es Jesucristo. Él es la verdad, y conocer esta verdad nos hace libres. No, conocer todas las verdades y quedarnos con la que más nos conviene, o hacernos una nueva si queremos y nos hace bien... Conocer a Jesucristo, que es la única verdad, el único camino, la única vida, esto nos libera... Y como Jesucristo es la Palabra de Dios encarnada, el logos de Dios, entonces, también su palabra es verdad. La Biblia, como Palabra infalible, única, de Dios, es también la verdad. Y no una verdad entre muchas, sino LA VERDAD.
(Ev. De Juan 1:17; 5:33; 8:32; 8:40; 14; 6; 16:13; 17:17; 18; 38; Ef. 1:13; 4:21; 6:14; 2ª Tes. 2:12; 1ª Tim. 3:15; Heb. 10:26; 1ª Juan 3:19)
Y la Iglesia, nosotros, cada uno y todos, como veremos más adelante, somos depositarios de esta verdad.
La verdad, así planteada y entendida, no es una cosa subjetiva, que cada ser humano se arma, producto de sus pensamientos, gustos, saberes y pareceres. La verdad es externa al ser humano. No requiere de nosotros opiniones y cambios: demanda aceptación y obediencia, porque proviene de Dios, que es la única fuente de verdad.
 
Contracultura Cristiana
 La primera cultura comenzó con Adán y Eva. Mientras Adán y Eva obedecieron a Dios, esa cultura fue piadosa, justa, santa, de acuerdo con los propósitos divinos.
El diablo desafió esa cultura, y aparentemente triunfó, desplazando la cultura centrada en Dios y estableciendo otra, una contracultura, basada en el ser humano, fruto del pecado. Esta contracultura sustituyó a la otra, y por eso se convirtió en una cultura, dominante, la que reina en el mundo todavía hoy, hasta que Cristo vuelva por su Iglesia.
Ahora bien, desde entonces, siempre ha habido una cultura y una contracultura, pero como el diablo es el “príncipe de este mundo”, y el reino de Dios “no es de este mundo”, como dice su Palabra, la cristianismo no es una cultura, de acuerdo con la terminología que estamos utilizando. Debe ser una contracultura, es decir, la que se opone a la cultura dominante en el mundo, la de la carne, el pecado, el diablo, etc., y esta contracultura se basa en la convicción de que hay SÓLO UNA VERDAD, y esa verdad habrá que buscarla en Dios.
Ahora bien, vivir el cristianismo como una verdadera “contracultura”, va más allá de sentir que la religión es una parte de nuestra vida, importante o no. Es vivir el evangelio y el cristianismo como la verdad a partir de la cual se articulan todas las otras áreas de nuestro vivir: el estudio, el trabajo, la familia, los deportes, la recreación, los amigos. Todo está permeado por Jesucristo, todo está influido por él. Él tiene señorío real sobre cada área de nuestra vida. Él gobierna, señorea, domina santamente...
Es mucho más que sólo ser cristianos. Es mucho más que sólo asistir a la iglesia. Es un compromiso de vida y de pensamiento, es una manera de ver la vida, de enfocar cada día...
¡¡¡Es una manera revolucionaria de ser joven!!
No podemos ser “pluralistas” los cristianos, en el sentido que nos lo propone el mundo: la Biblia dice que no nos debemos conformar a este mundo (Romanos 12:2), es decir, que no debemos adoptar las formas de este mundo. Porque nuestra verdad no es una verdad entre muchas: es la verdad, la única verdad, la que tenemos en las Sagradas Escrituras y la que el Espíritu Santo nos enseña, porque El, dice Juan, nos lleva a toda verdad.
No podemos ser tampoco “neutrales”: o somos una cosa, o somos la otra. No hay lugar a medias tintas. O pertenecemos a la cultura dominante, la del mundo, o pertenecemos al Señor.
No podemos, en fin, ser “relativistas”... “Y bueno... la Biblia dice esto, pero tal vez el mundo tenga razón...¡tampoco hay que ser tan fanáticos!”  ¡¡¡De ninguna manera!!! La Biblia dice la verdad, y dice toda la verdad, es toda la revelación de Dios para TODOS los hombres, cristianos o no, y jamás debemos relativizarla, o “adecuarla a los tiempos”.
 
Cristianismo: ¿Contracultura o subcultura?
 De acuerdo con las definiciones que venimos manejando, la subcultura no va en contra de la cultura imperante, sino que es la misma cultura, pero con algunas características más que hacen al grupo particular que la representa.
Pues bien, a veces los cristianos vivimos como si lo nuestro fuera una subcultura: nos conformamos a los cánones del mundo, pero agregamos a nuestra mezcla algunas características que nos son propias. Vamos al culto, y llevamos la Biblia... Hablamos un lenguaje que solo nosotros entendemos, y para todo nombramos al Señor... Pero con nuestros actos no nos diferenciamos en nada del mundo, y nuestros pensamientos y manera de ver las cosas, cada vez se acercan más a las maneras seculares...
Es más: la mayoría de las veces vivimos dentro de la iglesia pero tenemos nuestra mirada en el mundo. Añoramos sus formas, y para peor, a menudo queremos “importarlas”...
Y como el mundo por esto nos desprecia, porque no somos “ni chicha ni limonada”, nos escondemos en nuestros templos, nos separamos, y nos olvidamos, así, que debemos ser sal y luz, que debemos penetrar la sociedad para ser agentes del cambio y lograr que “venga su reino”.
¿Por qué nos avergonzamos, muchas veces, de ser cristianos? ¿Por qué no podemos decir a los cuatro vientos en qué creemos? ¿Será que no estamos seguros? ¿Será que nos sentimos sólo una subcultura? ¿Será que no creemos, definitivamente, que sólo hay una verdad? ¿Será que no vivimos lo que decimos que creemos? ¿Será que hemos perdido la frescura del evangelio? ¿Será que realmente no podemos vivir el poder liberador de Cristo? ¿Cómo habremos de influir? ¿Cómo podemos hablar del Señor? ¿Cómo podremos cumplir la gran comisión?
 La Iglesia como comunidad hermenéutica y profética
 La Iglesia del Señor, vos y yo y todos, somos depositarios de la Palabra de Dios, y de toda la revelación especial. Es decir que todo lo que Dios tenía, tiene y tendrá para decir al ser humano de todas las generaciones, razas y edades, sea creyente o no, está contenido en su Palabra, y su Palabra, si bien es de libre acceso para cualquier ser humano, sin embargo ha sido confiada a la Iglesia, para su predicación, su difusión y su interpretación.
La Biblia es la palabra profética más segura, es decir, que tiene todas las respuestas para el hombre, y todas las respuestas para el mundo.
En este sentido, no podemos seguir la corriente de la moda, o la corriente de la moral mundana. Sabemos lo que Dios dice, o deberíamos empezar a averiguarlo, si no lo sabemos, y debemos vivir de acuerdo con esto, hasta las últimas consecuencias.
 Veamos algunos ejemplos:
 
Cultura dominante (mundo)
Contracultura cristiana
La sociedad es laica, dice que puede prescindir de Dios. Hace como que no existe.
Nosotros profesamos una espiritualidad fuerte, y fundamentada, que preside todos los actos de nuestra vida.
Todas las verdades son buenas, si te hacen bien.
Hay una sola verdad, única e inapelable: Dios.
Cualquier religión es buena, si te sentís cómodo en ella.
Sólo hay una posibilidad de religión, la que te religa con Dios a través de Jesucristo, o sea, la cristiana.
Los valores morales son relativos, depende de cada persona y de cada circunstancia.
Los valores morales son absolutos, y dependen de Dios, quien los ha fijado en su Palabra.
El centro del mundo es el hombre.
El centro de todo es Dios.
El camino para ser feliz es hacer lo que uno quiere.
El camino para ser feliz es hacer lo que Dios quiere.
Lo mejor es recibir.
Lo mejor es dar.
Sálvese quien pueda, a costa de pisar cualquier cabeza.
Nadie busque su propio bien sino el del otro.
Yo, Yo, Yo, Yo....
Dios, Dios, Dios, Dios...
El fin justifica los medios...
Si los medios no son válidos, el fin tampoco lo será...
Si funciona, sirve...
Si no está en la Biblia, aunque funcione, no sirve.
Es necesario el sexo antes de casarse, para saber si hay compatibilidad.
El sexo, sólo dentro del matrimonio.
El aborto es válido, para evitar males peores.
El aborto es asesinato.
El pecado no existe, todo es cuestión de puntos de vista.
El pecado es trasgresión y ofende a Dios.
Los límites los pongo yo...
Los límites me los imponen desde fuera: Dios, la familia, la sociedad, la ley, etc.
Hay cosas que hay que hacer, porque todos las hacen...
Lo que está mal, está mal... Aunque los demás crean ser “vivos” por hacerlas...
La homosexualidad es el tercer sexo.
La homosexualidad es pecado.
Es más “piola” el que vive la vida y tiene varios amores a la vez...
Suena feo... Pero es adulterio...
Los diez mandamientos son cosa del pasado.
Lamentablemente, siguen vigentes, exceptuando los que tienen que ver con lo ritual... (Ej. El sábado)
La juventud es para divertirse
¿Divertirse? Síi, claro, y para mirar a Dios, antes de que vengan los días malos...
 
 
La “moral del Reino”
 
Cuando el Señor Jesucristo anduvo caminando por estos mundos, dejó para siempre instalada una contracultura totalmente revolucionaria. No era del todo nueva, se nutría de toda la enseñanza que Dios ya había dado a una nación, los judíos, en tantos años de historia en los que Dios intentó hacer de ellos su pueblo.
Pero el Señor le dio una vuelta de tuerca más: si te piden uno, dale dos; si te pegan de un lado, ofrece el otro, el que se humilla será enaltecido, es mejor dar que recibir, no busques tu propio bien sino el del otro, considerá a todos superiores a vos mismo, mejor es perder que ganar, el único camino al éxito es la cruz...
La “moral del Reino” no tiene nada que ver con la moral del mundo, y el mundo no termina de corromperse porque existe algo así como “la moral del reino” actuando como sal y evitando su completa ruina... No es al revés. Nuestra legitimidad no proviene del mundo, sino de Dios.
No somos porque el mundo nos deja que seamos. Somos, porque el Señor nos ha escogido y nos ha confiado la tarea de vivir para su gloria.
El desafío es enorme.
Es un desafío a no avergonzarnos de creer lo que creemos y de ser quienes somos.
Es un desafío a plantarnos firmemente en lo que Dios dice y vivir a full para ello, porque hay toda una generación que gime esperando la manifestación de los hijos de Dios.
Es un desafío a dejar de ser sólo una subcultura que permanentemente transa con el mundo para no quedar afuera...
El mundo habrá de ser realmente impactado cuando nosotros ocupemos con valor, seguridad y confianza el lugar que debemos ocupar... No como pidiendo perdón por ser diferentes, sino orgullosos (si existiera un buen sentido de esta palabra), seguros y cómodos en ser definitivamente diferentes.
No mejores.
Sólo hijos de Dios.
Lo más vil, pero pagado al precio de su sangre.

AMONESTACIÓN Y DISCIPLINA CRISTIANA
    Si los padres cristianos han de entender y aplicar la disciplina y amonestación del Señor, deben estudiar con detenimiento lo que la Palabra de Dios tiene que decir en cuanto a la instrucción de los niños.
    La palabra amonestación, como está usada en las Escrituras, significa instrucción y advertencia (Hebreos 8:5); hacer que se oigan las palabras de sabiduría (Eclesiastés 12:10-12); conseguir que una persona vea su error y se arrepienta (II Tesalonicenses 3:15); la amonestación trae ánimo (Colosenses 3:16); hacer recordar (Romanos 15:14-15); enseñar diligentemente, con paciencia decir una y otra vez (Isaías 28:10).  La definición más detallada de amonestación que encontramos en las Escrituras está en Deuteronomio 6:6-9.  (Busque y lea todas las citas).
    A veces es muy fácil amonestar para algunos padres, maestros de Escuela Dominical o Superintendentes de la misma, predicadores y todos aquellos que les gusta dar “pláticas” a los niños.  Pero el peligro más grande consiste en dar amonestaciones sin su acompañante escritural, la disciplina (manera de criar, educar o alimentar al niño).  Toda amonestación sin disciplina puede hacer que el niño se sienta dudoso, sin interés y aun antagonista al evangelio.
    La madre que amonesta a su hija para que “ame a todas las demás niñas”, pero que al mismo tiempo se muestra en actitud jactanciosa e indiferente con otras señoras de la comunidad, habla tan fuerte con esa manera de actuar que su amonestación no será recibida por su hija.  Es importante que los padres vivan todos los preceptos y proverbios que tan libremente dicen a sus hijos lo que deben hacer.  Viviendo lo que se dice no sólo tiene más valor y aceptación por parte de los niños, sino que también es muy probable que disminuirá el número de amonestaciones.
    La sabiduría adquirida por la experiencia puede ser pasada a otros por medio de la amonestación, pero puede convertirse en regaño cuando se repite constantemente la misma cosa sin un propósito determinado.  También el tono de voz debe ser tomado en cuenta.
    Cuando hacemos algunas prohibiciones a los niños, debemos decirles la razón o razones de las mismas.  No esperemos que el niño obedezca ciegamente sólo porque sus padres lo dicen.  Él tiene una mente y necesita razones en las cuales pensar, que puede comprender y que le traigan convicción.  Es muy fácil decir “no debes hacer esto”, pero es difícil explicar el por qué, y sólo nos damos cuenta de ellos cuando el niño nos pregunta ¿por qué no lo debe hacer?  Nunca debemos dar como razones: “Porque en nuestra iglesia no creemos en tales cosas” o “porque lo digo yo”.  Estas razones no lo convencerán.
    En cualquier forma que se le dé la amonestación al niño, ya sea por medio de una plática, un mensaje, una enseñanza o por medio de consejos, ésta debe ser dada en tal forma que el niño pueda aceptarlo y sacar provecho de ella.  Debemos entender que el niño no es un adulto pequeño.  Él no está en vía de preparación para vivir una vida espiritual en el futuro cuando ya sea grande, él es una persona que está viviendo ahora mismo y que necesita ser enseñado hoy para que llegue a conocer y amar al Señor Jesús en una forma personal.  Todas las influencias espirituales que reciba antes de su conversión son muy importantes, y su relación con Cristo en el futuro dependerá en gran parte de la actitud que él tome ahora.
    La amonestación debe centralizarse en la persona de Cristo.  El niño jamás se humillará y adorará a quien él nunca ha conocido como digno de confianza y amor.  Muchos cristianos jamás han conocido la realidad de tener un Señor; y por no tener una experiencia más profunda e íntima con Él, luego regresan a la vida antigua o viven una vida cristiana raquítica y tambaleante todos sus días.
    Sólo los padres que están dispuestos a ser amonestados por el Señor, están en condiciones de amonestar en el Señor.  ¿Están ustedes aceptando las amonestaciones de Dios?  ¿Está su vida en condiciones de amonestar en el Señor?  ¿Están las relaciones de esposo y esposa creando un ambiente propio para la amonestación espiritual de los hijos?  Dios quiere ayudar a los padres cristianos en sus relaciones mutuas, con sus hijos, en el hogar y en el trabajo para que vivan de acuerdo a las amonestaciones del Señor.
DISCIPLINA INDIRECTA
    ¿Qué es importante, lo que se les dice a los hijos o lo que en realidad son los padres?  El ejemplo de los padres, lo que los hijos ven en ellos diariamente, es lo que vale mucho más que las palabras.  Hay un refrán que dice: “Lo que haces habla tan fuerte que no oigo lo que dices”.
    Muy pocos son los padres que están conscientes de que su actitud y conducta impresionan la mente de sus hijos de una manera poderosa y perdurable.  La disciplina se necesita demostrar con hechos, pues no sólo consiste en repetir proverbios.  Dar instrucciones puede ocupar sólo unos minutos al día, pero disciplinar por medio del ejemplo es un proceso continuo.  Es muy importante enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos, pero es más importante aún demostrar la Palabra de Dios en nuestra vida diaria.
    La disciplina indirecta enfatiza la influencia silenciosa del ejemplo de los padres en la vida de sus hijos.  Un modelo bíblico de una influencia positiva por medio del ejemplo lo encontramos en Ana y su hijo Samuel.  Ana era una mujer de oración (I Samuel 2:1-10); tenía gran fe en Dios (I Samuel 1:18); era una mujer de gran dedicación (I Samuel 1:11); era honesta (I Samuel 1:27,28).  Todas estas cualidades en el carácter de Ana, fe, oración, amor, dedicación y honestidad, fueron la influencia callada que ejercía su vida sobre su hijo.  Su ejemplo jugó un papel muy importante en el desarrollo del carácter espiritual de Samuel.  Si estudiamos detenidamente la vida de él descubriremos las mismas cualidades que observamos en Ana.
    Los niños son lo que son sus padres.  De ellos aprenden por medio de su vida religiosa y espiritual durante las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana.  Es cierto que muchos niños de hogares inconversos que se convierten, incluso hay hijos que se vuelven más fuertes espiritualmente que sus padres, pero lo corriente es que los niños de hogares cristianos aprenden todas las doctrinas fundamentales de la Palabra de Dios por medio de la vida y el ejemplo de sus padres.
    La fe que descansa en Cristo en vez de apoyarse en buenas obras, no puede pasar inadvertida por los hijos.  Las palabras de gratitud y alabanza al Señor y las veces que se piden perdón son escuchadas por los niños.  El ejemplo del padre y la madre dependiendo de Dios es demostrado por medio de la oración y el estudio de la Biblia.  Los himnos y versículos que oyen de labios de sus padres y todo lo que escuchan y observan en ellos, enseña mucho en forma silenciosa en cuanto a la salvación por medio de la fe en Cristo.  Los niños saben que el Espíritu Santo mora en el corazón porque ven el fruto de amor, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
    Al preguntarle a un joven qué traducción de la Biblia prefería, contestó: “Yo prefiero la de mi madre”.  Ella ha traducido la Biblia al lenguaje de la vida diaria.  Nunca he encontrado porciones oscuras en su versión.  Cuando leo otras versiones, es la de mi madre la que siempre esclarece mi problema.
    Los padres deben demostrar a sus hijos que los aman y es bueno que no sólo lo demuestren con hechos, sino que de vez en cuando se los digan con palabras.  Muchos niños se dan cuenta que se suplen sus necesidades físicas o materiales, pero no se hace con amor.
    El hogar debe ser un lugar de gozo, donde reine siempre la alegría en el ambiente.  Debe ser un lugar donde no existe el aburrimiento, el desorden, el bullicio, la suciedad siendo por el contrario donde todos, inclusive los niños, estén felices cumpliendo cada uno con sus ocupaciones.  Los niños deben estar felices para ser buenos, y el hogar debe ser el lugar más feliz del mundo.
    Si en el hogar los padres juegan con sus hijos, toman en cuenta sus deseos e intereses, hacen planes juntos, van a la iglesia como familia, tienen un tiempo devocional y de adoración en el cual los niños toman parte activa, allí habrá bendición y felicidad.  Allí los niños aprenderán a orar y leer la Palabra de Dios.  Si padres e hijos trabajan juntos en el hogar, si no muestran preferencias por ciertos hijos, en ese hogar los niños estarán aprendiendo muchos hábitos buenos y su ambiente será de paz y felicidad.
    Recuerden que la paciencia, bondad, mansedumbre, templanza y fe serán igualmente aprendidos.  Las influencias silenciosas que nutrirán y desarrollarán el carácter del niño en el Señor son el fruto del Espíritu Santo en la vida diaria de los padres cristianos.  Cuan atractivo será Cristo para aquellos hijos, porque es Él quien ha dado ese espíritu de amor, gozo y paz a su hogar.
EL FRUTO DE UNA BUENA DISCIPLINA
    Proverbios 29:15,17 nos dice: “La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.  Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma”.
    Para muchos padres disciplinar a los hijos significa, según ellos, forzar la arbitraria autoridad paternal.  Creen que el hijo disciplinado es aquel que salta cuando oye el ruido del látigo; que no debe bajo ninguna circunstancia expresar una opinión o hacer una decisión; el que obedece sin hacer preguntas, aún de las órdenes más descabelladas.  Pero esta no es una forma de criar a los hijos en la disciplina del Señor, ni podemos llamarle “disciplina cristiana”.  Esto sería criar a los hijos en un ambiente de violencia.
    El extremo opuesto es el de criar a los hijos sin ningún control paternal y por lo mismo sin ninguna disciplina.  El niño hace lo que se le antoja y luego domina la vida de los adultos que le rodean.  Entre estos dos extremos está el camino que se debe seguir.
    Muchos problemas de disciplina surgen por causa de la ignorancia, es decir, se desconoce su verdadero propósito.  La disciplina que se practica con sabiduría utilizará la voluntad del niño, enseñándole a que él obedezca porque desea hacerlo, o sea, que el niño anhela obedecer por su propia voluntad.  La verdadera obediencia viene de adentro.
    Las madres y padres que han renunciado a su deber de disciplinar a sus hijos también han perdido privilegios y alegrías.  La disciplina tiene dos funciones principales: la de formar hábitos en el niño que le serán útiles y la de modificar o cambiar todos aquellos que son inservibles o malos.  Si un niño posee un mal hábito no nació con él, lo adquirió por medio de la imitación o el aprendizaje.  Todo hábito malo debe ser corregido.
    Es más fácil e importante prevenir que corregir malos hábitos ya formados.  Es por eso que todo padre verdaderamente cristiano se preocupará porque el niño desde su temprana edad adquiera hábitos cristianos.  Todo lo que se hace repentinamente es lo que se transforma en hábito.  Si deseamos que nuestro hijo se comporte debidamente en la Casa de Dios, nosotros no debemos permitirle, ni una vez que ande libre gateando o caminando por todas partes en el templo, con lo cual le enseñamos reverenciar el lugar donde adoramos a nuestro Dios.  Este será un buen hábito.
    Cuando los padres imponen una disciplina a base de temor, los hijos obedecen porque es su deber, pero no lo hacen porque lo desean y quieran agradar a sus padres.  Tienen miedo de quebrantar la autoridad paterna.  ¿Será ésta la disciplina del Señor?  Como cristianos, ¿Estamos obedeciéndole por temor o porque le amamos y deseamos honrarle?
    Cuando los padres hacen que sus hijos les obedezcan ciegamente y por temor, llegará un día cuando su hijo o hija se revele.  La expresión: “Hazlo porque yo te ordeno” no es una razón para que el niño obedezca.  Con frecuencia y honestidad los padres deben analizar lo que han dicho.  ¿Les gustaría que alguien a quien ustedes necesitan obedecer tomara esta misma actitud?  El problema de disciplina abarca no sólo a los hijos, sino también a los padres.  Deben estar seguros que están demandando obediencia no sólo por su propio beneficio, sino por el bien de sus hijos.  El padre que no practica la disciplina en su propia vida, no podrá imponerla en sus hijos.  Si el padre y la madre ganan el respeto y amor de ellos, éstos les obedecerán con alegría.  Todo padre que es firme en sus decisiones y cumple lo que promete ganará el respeto y admiración de sus hijos.
    El mejor método de disciplinar es el de crear condiciones que evitarán que las faltas se cometan.  Vale la pena y paga grandes dividendos hacer que la obediencia sea algo que traiga gozo y satisfacción a todos los miembros del hogar.
    Si los padres siempre están haciendo una lista de prohibiciones y están constantemente diciendo: “No hagas esto”, “no hagas lo oro”, impresionarán al niño, y él procurará probar nuevamente.  Es mucho mejor buscar el lado positivo para la corrección.
    Otra cosa que es importante que los padres sepan es que el juego es algo muy real e importante en la vida del niño.  Él lo considera tan serio como el trabajo para el adulto.  Muchas veces la desobediencia del niño es provocada porque el padre interrumpe al niño en su juego de una manera sorpresiva y demanda obediencia inmediata.  El niño necesita tiempo para hacer los arreglos necesarios en su juego antes de obedecer.  Por ejemplo, un niño piensa no venir inmediatamente a comer o acostarse porque está jugando. La niña vendrá con gusto si le advertimos que es tiempo de que acueste su muñeca porque también es hora de que ella vaya a comer o a dormir.  En vez de hacer que Juanito interrumpa su juego bruscamente, le podemos decir que debe estar listo para venir a la mesa durante cinco minutos.  También le podemos advertir que debe venir tan pronto como termine de descargar su camión.
    El castigo puede usarse con niños de cualquier edad, pero si el padre o maestro usa el castigo para cualquier falta y constantemente, su método de disciplina no sirve.  Recuerde que con su ejemplo, siendo firme en sus decisiones y cumpliendo lo que promete, usted ganará la admiración, respeto y amor de sus hijos.

ENSEÑANDO LA BIBLIA A LOS BEBES:
Los bebés pueden y están aprendiendo cada momento en que están despiertos. Ellos aprenden constantemente al observar, sentir, probar, oler, escuchar y experimentar. En la iglesia, los maestros trabajan diligentemente para proveer oportunidades a los bebés para que entiendan las verdades bíblicas. Cuando usted esté en el salón de los bebés de la iglesia, nunca se dedique solamente a cuidar a los niños. ¡Enséñeles!

Use la Biblia para enseñar a los bebés y a los niños de un año de edad
En el salón de los bebés pequeños de la iglesia debe haber siempre una Biblia con láminas, aun para los que están en las cunas. Los maestros deben usar la Biblia lo más frecuentemente posible para enseñar a los bebés. Es importante que el maestro muestre amor y respeto por la Biblia. La actitud del maestro en cuanto a la Biblia es “captada” por los bebés.
Coloque la Biblia en un lugar accesible y fácil de ver en el salón.
Lleve al bebé hacia donde tiene la Biblia, señale la Biblia y diga “Biblia. Gracias Dios por la Biblia”.
Use los versículos bíblicos, los pensamientos bíblicos y la historia bíblica mientras habla de la Biblia. Siente al bebé en su regazo.
Mientras cuida a un bebé o mira la Biblia con un niño, cante una canción apropiada sobre la Biblia.

Use la música para enseñar la Biblia a los bebés y niños de un año de edad
La música es importante para enseñar a los preescolares. La voz del maestro es una de sus más importantes herramientas. Muchas veces los bebés responden más al canto que a una conversación. Para cantar con un bebé no tiene que tener una voz bien educada. Los buenos maestros cantan.
Apréndase y cante los cantos que se enseñan en los materiales de enseñanza cada mes. Invente sus cantos. Use tonadas conocidas, pero sustituya las letras de acuerdo a lo que está enseñando.
Cante en cualquier momento de la sesión. Cuando recibe a un bebé, cuando lo sostiene en sus brazos, cuando le muestra una lámina, cuando le cambia el pañal, cuando le da la leche, o cuando despide a un niño o a sus padres.

Usen la oración para enseñar a los bebés y a los niños de un año de edad
La oración no es algo fácil para enseñar a los bebés. Sin embargo, los maestros deben mostrar sus oraciones mientras ellos cuidan, juegan y enseñan a los niños. Los maestros deben ser buenos modelos al tomar tiempo para orar con los niños.
Use oraciones para dar gracias a Dios por cosas y personas que le sean familiares a los niños.
Use palabras sencillas en sus oraciones. Evite el simbolismo en las oraciones con los preescolares.
Evite decir oraciones de memoria. Ayude al niño a comenzar a aprender que la oración debe hacerla en sus propias palabras, expresando sus sentimientos. Sea espontáneo y sincero. Use frases cortas y muy simples.


METODOS PARA ENSEñAR LA BIBLIA A BEBES:

Enseñando a los bebés
El folleto de LifeWay nos dá sugerencias
 Escrito por el personal de la Editorial, NASHVILLE, Tenn.
Estas verdades sirven como fundamentos para el resto de las verdades espirituales:
-- Yo: Dios me hizo. Soy una persona. Soy especial. Estoy creciendo. Puedo hacer muchas cosas. Puedo tomar decisiones.
-- Iglesia: Veo a gente en la iglesia. La gente en la iglesia me ama. La gente en la iglesia tiene cuidado de mí. La gente en la iglesia habla y canta sobre Jesús. Tengo amigos en la iglesia.
-- Familia: Tengo una familia. Mi familia me ama. Mi familia me cuida.
-- Dios: Dios es un nombre. Dios es una persona. Dios me ama.
-- Mundo natural: Dios me hizo. Cosas hechas dios que puedo explorar con mis sentidos. Dios hizo cosas que puedo descubrir. Dios hizo cosas que puedo disfrutar. Dios hizo las plantas. Dios hizo los animales.
-- Otros: Estoy consciente de las otras personas. La gente me ama. La gente tiene cuidado de mis necesidades.
-- Biblia: La Biblia es un libro. La Biblia es un libro especial. Oigo hablar Dios y Jesús cuando se utiliza la Biblia.
-- Jesús: Jesús es un nombre. Jesús es una persona. Jesús era un bebé. Jesús tenía una familia. Jesús me ama. El domingo de Resurrección es un día especial.
Guía de actividades
Desde el nacimiento los bebés están aprendiendo. Sin embargo, lo que aprendan dependerá de la clase de cuidado y experiencias que tengan en los primeros meses de vida. Durante los primero dos o tres meses, los bebés usan sus sentidos para aprender acerca del entorno que les rodea. Escoja actividades que involucren ver, escuchar y tocar. Limite el tiempo que el bebé pase en una silla o en una cuna. Los bebes necesitan sentir el calor y la voz humana.
Actividades para bebés de un mes a tres meses:
• Ponga música de fondo suave y relajante, use música un CD de música de adoración si es posible instrumental. Revise la tarjeta del horario del bebé. para ver si hay instrucciones en relación con su hora de dormir y horario de alimentación.
● Móvil en blanco y negro. Prepare un móvil con círculos blancos y negros del papel de construcción y fórrelos con un plástico. Use hilo nylon o lana para colgar cada círculo del techo sobre el cambiador de pañales. No coloque el móvil demasiado bajo porque el bebé podría agarrarlo.
• Cante, “Cristo me ama.” Sostenga al bebé en sus brazos o acuéstelo hacia arriba en su regazo con su cabecita en sus rodillas. Cerciórese de que su cabeza esté bien apoyada. Mientra lo sostiene cante, “Cristo me ama, sustituyendo por el nombre del bebé
• Ate un espejo a las camas de bebés.  Usando Velcro o tiras magnéticas, ate un espejo que no se rompa, especial para niños en el lado de la cama de los bebés. Incline el espejo de modo que el bebé pueda verse. Cuando el bebé ve su reflexión en el espejo, diga: Gracias Dios porque _________ (mencione el nombre del bebé) puede ver con sus ojos.
• Tómele fotos de los bebés. Tome una foto de cada bebé en su departamento usando una cámara instantánea polaroid (de inmediata impresión). Coloque las fotos en un álbum de fotos de pasta su Gracias Dios, por los amigos de ________ (nombre del bebé) en la iglesia.
• Juegue con cada niño.   Coloque una manta suave en el piso. Ponga al bebé encima de la manta y siéntese al lado de él en el piso. Mueva suavemente los brazos y las piernas del bebé. Cosquilléele debajo de la barbilla o en el vientre. Mientras juega con el bebé diga: Gracias Dios por _______ (nombre del bebé). Estoy feliz de que ___________(nombre del bebé) haya venido a la iglesia hoy.  
Actividades para bebés de cuatro a seis meses:
• Ponga música suave y relajante de fondo, preferiblemente ave o forrados con tela. Alce al bebé en su regazo, y miren juntos el álbum. Conforme miran las fotos diga: música de adoración instrumental. Revise la tarjeta del horario de comida, siesta del bebé y si hay instrucciones especiales del padre.
• Suspenda un móvil colorido.  Prepare un móvil colorido con círculos de papel de construcción rojo, azul, verde, y amarillo y protéjalos con plástico. Cuelgue los círculos con hilo nylon o lana sobre la mesa para cambiar pañales. Puede también agregar cascabeles que el bebé puede golpear al mover sus bracitos. No coloque el móvil demasiado bajo para que no lo agarren.
• Mire en el espejo, a la Biblia, y cante: “Cristo me ama.” Mientras sostiene al bebé en su regazo, coloque un espejo de modo que él pueda ver su reflejo. Abra la Biblia en el Salmo 122:1 y diga: Yo me alegro de ir a la iglesia. Cante, “Cristo me ama,” substituyendo por el nombre del bebé.
• Tome fotos de los bebés. Tome fotos de cada bebé en su clase usando una cámara instantánea polaroid de impresión inmediata. Ponga las fotos en un álbum de fotos suave del vinil. Sostenga al bebé en su regazo, miren las fotos juntas y diga: Gracias Dios por los amigos de ______ (nombre del bebé) en la iglesia.
• Juegue con cada niño. Haga un juego sencillo de preguntar y señalar con el bebé. Pregunte ¿Dónde está la nariz de _________ (nombre del bebé)? Luego toque su nariz y diga juguetonamente: “¡Allí está la nariz de _______! Haga esto varias veces y después cambie a un oído o una rodilla o pancita. Pare cuando el bebé se vea cansado del juego. Luego diga: “Gracias Dios por haber hecho a __________ (nombre del bebé)
• Juego con un sonajero (chilindrín). Haga un juguete que haga sonido colocando granos en una botella de agua o algún rllenar las botellas con cascabeles y pequeños trozos de papel coloreados o pom-poms pequeños de muchos colores.
• Juegue con envases de "sentir". Cubra cuatro envases redondos con telas de diversas texturas. Ponga sonajeros o cascabeles dentro de dos de los envases. Coloque las tapas en los envases. Sostenga al bebé en su regazo y ayúdele a tocar y sentir las diversas texturas. Diga: "Gracias Dios por las manos de _________(nombre del bebé). Permita que el bebé sacuda o que ruede los envases. ¡El descubrirá que algunos de los envases hacen un sonido! Abra el envase y saque el sonajero. Diga: "Gracias Dios por los oídos de ______ (nombre del jugar más. ecipiente pequeño. Asegure la tapa con cinta adhesiva brillantemente coloreada. Alternativamente, usted podría
• Juegue y ore con el bebé.  Haga el sencillo juego de preguntar y señalar como ese indica en la sección de los bebés de cuatro a seis meses. Cambie el juego un poquito. toque la nariz o el oído repitiendo la parte varias veces. Antes de cambiar a otra parte del cuerpo ore: “Gracias Dios por la nariz de __________ (nombre del bebé).
• Juegue con instrumentos musicales.  Consiga o prepare usted misma varios instrumentos musicales tales cascabeles en un palito de madera, botellas plásticas con granos adentro, bien selladas con cinta, claves, hechas con dos palo cortos deUtilice las sugerencias de la sección para bebés de cuatro a seis meses y agregue las actividades siguientes.
• Mire en el espejo y juegue “¿Dónde está el bebé? (peek-a-boo)    Siéntese al lado del bebé en el piso. Sostenga un espejo irrompible delante de la cara del bebé y diga: “Yo veo a_________ (diga el nombre del bebé). Quite el espejo y diga: “¿Dónde está _________ (nombre del bebé)?. Coloque el espejo nuevamente frente al bebé y diga: “¡Aquí está! ¡Aquí est bebé). ¡El oyó el sonajero!
Actividades para bebés de siete a doce meses:
• á _________! (nombre del bebé). Continúe jugando hasta que el bebé ya no quieramadera (palos de escoba) y decorados con colores brillantes.
• Juego con tazones y cucharas. Coloque en el piso dos tazones grandes de plásticos y dos cucharas. Cuando el bebé coja la cuchara, demuéstrele cómo golpear suavemente la los tazones con la cuchara. Diga: "Gracias Dios por las manos de ________ (nombre del bebé). El bebé puede jugar de poner y sacar otros juguetes en los tazones.
• Aprendiendo de la Creación. Abra la Biblia en el Salmo 104:33 y coloque un dibujo del mundo de Dios. Mencione al bebé que Dios hizo los pájaros, árboles y flores y cante una canción de agradecimiento algo que diga como "Gracias Dios, Gracias Dios, Gracias Dios por las aves.   Repita la canción mencionando otras creaciones de Dios como las flores, los árboles, los peces, etc.
Use un álbum de fotos con recortes de revistas o fotos de la naturaleza: flores, aves, árboles, animales. Permita que el niño pase las páginas. Nombre cada objeto y mencione una cualidad (color, tamaño, aspecto) conforme el niño ve cada página.
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principios financieros para la familia y el niño:
¿Hacia donde se está dirigiendo este mundo en el aspecto económico?
¿Cómo enfrentarán nuestros niños el futuro económico en sus vidas?
¿Serán nuestros niños los eternos endeudados de los próximos años?
¿Hay alguna directriz, que nosotros podamos enseñarles a ellos, para evitarles los dolores de cabeza?
La Biblia habla con bastante insistencia a acerca de las finanzas.
Instruye al niño en el camino correcto, y aún en su vejez no lo abandonará. Proverbios 22:6
Muchas veces nosotros los adultos estamos inmersos en nuestras crisis financieras, mal manejo de los recursos y desesperados por nuestros proyectos futuros que sin duda, según nosotros, nos sacarán del pozo de la desesperación, que nos olvidamos de ajustar nuestro presente para poder invertirnos en la formación de la generación futura que nos mira con sus ojitos hambrientos de orientación.
Cinco Principios son claves, primero para practicarlos nosotros y luego enseñárselos a nuestros hijos.
Recordemos que nosotros no podemos enseñar a nuestros pequeños lo que no estamos viviendo.
La mejor enseñanza no es la que decimos sino la que vivimos.
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CINCO PRINCIPIOS FINANCIEROS PARA ENSEÑAR A NUESTROS NIÑOS.
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¿Qué es un principio?
Un Principio es una enseñanza vivida y compartida que trasciende la cultura, la esfera geográfica, las costumbres, las épocas y se mantiene sin sombra de variación.
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1.- PRINCIPIO INVERTIR.
»Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil.” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil.” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
»Después llegó el que había recibido sólo mil monedas. “Señor —explicó—, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le contestó: “¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Mateo 25:19-27
“El que trabaja la tierra tendrá abundante comida; el que sueña despierto sólo abundará en pobreza”. Proverbios 28:19
Necesitamos compartir con nuestros hijos que Dios nos provee el dinero y que es necesario hacer producir ese dinero. Se comienza por hacerles entender que la manera de hacer dinero es a través del trabajo. Amor al trabajo es vital.
En nuestra sociedad mucha gente ve el trabajo como un castigo, una pesada cadena que hay que comenzar a arrastrar cada lunes. NO!, El trabajo es una bendición. Otros quieren hacer dinero a través de manera fácil como lotería, juegos de Azar o malos negocios.
Es nuestro deber enseñar a los pequeños a amar el trabajo, invertir sus fuerzas en algo que traerá de vuelta una recompensa. Enseñarles que luego de ganar el dinero como producto del trabajo hay que pensar como invertir en algo para aumentar esa ganancia.
Una niña quiso hacer galletas para vender en su colegio y sus padres le dijeron: “ No. Tú tienes todo lo que necesitas acá, si necesitas dinero dinos cuanto quieres!”. Estos padres perdieron una oportunidad de enseñarle a ganarse la vida.
“Las manos ociosas conducen a la pobreza; las manos hábiles atraen riquezas”. Proverbios 10:4
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2.- PRINCIPIO GASTAR.
Nuestro deber es enseñarles a gastar y gastar bien y sabiamente. Enseñarles que la Radio, la TV y las revistas les quieren vender a uno cualquier cosa y que luego de esas propagandas nos sentimos urgidos a ir al centro comercial a adquirir lo que nos vendieron primero a los ojos.
Enseñarles a los hijos que no en vano los comerciantes invierten miles y miles de dólares en propaganda. Ellos necesitan aprender con nuestro ejemplo que no somos esclavos de lo que nos ofrecen. Nuestro principio de gastar nos rige para entender que primero gastamos en lo que es vital y necesario y segundo nunca debemos gastar más de lo que ganamos. El límite siempre será lo que ganamos pero debemos gastar menos de lo que ganamos y aprender a decir..NO MÁS.
Necesitamos enseñar a nuestros hijos, la responsabilidad de nuestras acciones financieras.
Que bueno es cuando les enseñamos desde niños a trabajar con su propio presupuesto en base a lo que obtienen y que hagan seguimiento de sus gastos.
Así que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo hasta el extremo, ¿me amarán menos? 2 Corintios 12:15. Pablo habla acá de la importancia de saber gastar en lo que vale la pena.
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3.- PRINCIPIO  AHORRAR.
“Aprended de las hormigas, animalitos de escasas fuerzas,
pero que almacenan su comida en el verano. Proverbios 30:25
Ahorro es vital en la vida. Mucha gente vive una vida lamentando el pasado en sus finanzas y enredados en las deudas del presente y eso les roba la oportunidad de planificar para el futuro. Hay tres cosas que nunca debemos olvidar en materia de finanzas:
Primero separar una parte para la obra de Dios, porque Dios ha sido bueno con nosotros mostrándonos cada día su misericordia,
Segundo: Apartando una parte para el pobre, porque Dios bendice a quien se acuerda del pobre y
Tercero, apartando una parte para ahorrar pensando en el futuro.
Para enseñarles a ahorrar a los niños podemos darles un incentivo como el 1X1. Decirle al niño la importancia de ahorrar y que por cada dólar o peso que ahorren, nosotros le vamos a aportar la misma cantidad o el 50 % de lo poco que ellos ahorran.
Cuando mi hijo estaba pequeño quería una bicicleta. Yo se la podía comprar totalmente, pero le dije: ¡ Si quieres la bicicleta comienza a ahorrar” *El me dijo, Papá de donde si yo no tengo trabajo , yo estudio. Le dije, bueno mientras estudias, yo puedo darte algunos trabajos y tú ganas y ese dinero que tu guardas yo lo incrementaré con la misma cantidad para que entre los dos compremos la bicicleta. Él se emocionó. Lo ponía a pintar paredes o arreglar cosas en casa y el ahorraba y yo también. Por supuesto a la larga puse un poco más que él para que tuviera su bicicleta. Usted podrá imaginarse el rostro de felicidad que él tenía cuando salió con su bicicleta de la tienda donde la compró. Lo más importante, es que él aprendió la importancia de ahorrar.
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4.- PRINCIPIO  PEDIR PRESTADO.
Oh. Amados, esta es una sociedad de consumo y de deudas. Hay gente que deben hasta dos meses adelantado de su trabajo. Piden lo que se llaman vales o dinero adelantado. Deben sus tarjetas de crédito. Son esclavos de los bancos y entidades financieras. Enseñemos a nuestros niños a no caer en la trampa de las deudas y que si hay necesidad de un préstamo, este se enmarque dentro de nuestra realidad financiera y que tengamos el espacio para tener oxígeno sin morir ahogados antes de tiempo.
Necesitamos a enseñarles a evitar al máximo las deudas y sólo entrar en el espacio de los préstamos cuando hemos hecho una evaluación sana, pedido consejo de gente que sabe y moviéndonos dentro del marco de nuestra realidad financiera.
“Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores”. Proverbios 22:7
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5.- PRINCIPIO COMPARTIR.
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“Darle al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. Proverbios 19:17.
“Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda”. Proverbios 21:13
Hay un principio hermoso en el Dar. Dios nos dio a su hijo Jesucristo. Juan 3:16
Necesitamos enseñarles a los hijos a darle al que no tiene. Comenzando por sacar esos juguetes que él ya no usa e ir con ellos mismos a una casa pobre para darle felicidad a otro niño.
“El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido”. Proverbios 28:27
Llevar comida con ellos a una familia necesitada y enseñarles la importancia de compartir parte de su dinero con otros necesitados. Ellos verán la mano y la bendición de Dios en sus vidas.
“El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres”. Proverbios 22:9
El que siembra maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira.​ El que es generoso​​ será bendecido, pues comparte su comida con los pobres. Proverbios 22:6-9
Estos Cinco Principios financieros son poderosos en la mano, la mente y el corazón de nuestros pequeños.
Pero recordemos:
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No podemos enseñarles a ellos, lo que nosotros mismos no estamos practicando.

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